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El cambio imperativo hacia la salud y el bienestar holísticos

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En la ámbito empresarial, en constante evolución, el papel de la Salud, la Seguridad y el Medio Ambiente (HSE) sigue siendo una función fundamental. Sin embargo, exige una reevaluación y un perfeccionamiento constante en consonancia con los nuevos retos sanitarios. Tradicionalmente, los protocolos de HSE se han centrado sobre todo en garantizar la seguridad física, reducir el riesgo de accidentes y mantener un entorno de trabajo sostenible. Sin embargo, con la creciente prevalencia de los trastornos mentales y las enfermedades crónicas en el lugar de trabajo, ha llegado el momento de centrar la atención en el componente "Salud" de la HSE.

Un simple vistazo al panorama sanitario actual revela una realidad alarmante: la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la depresión y la ansiedad cuestan por sí solas a la economía mundial 1 billón de dólares al año en pérdida de productividad1. Estas cifras se ven agravadas por el aumento de enfermedades crónicas como la diabetes, las afecciones cardiovasculares y el cáncer. ¿Cuál es el problema de la cuestión? El lugar de trabajo no es sólo un lugar potencial de accidentes, sino también el centro de problemas relacionados con la salud que pueden afectar a la productividad, la moral y la sostenibilidad de la empresa.

Tenemos que cambiar nuestra perspectiva de la salud, la seguridad y medio ambiente en el trabajo de una visión centrada en la seguridad física a una visión más amplia que tenga en cuenta todo el espectro de la salud. Esto incluye el bienestar mental y emocional, la gestión de enfermedades crónicas y la atención sanitaria preventiva.

Tomemos, por ejemplo, el enfoque tradicional de la salud laboral. Se ha centrado en la prevención de riesgos laborales como caídas, lesiones por maquinaria o exposiciones nocivas. A medida que ha evolucionado la naturaleza del trabajo, también lo han hecho los riesgos. Ahora nos enfrentamos a estilos de trabajo sedentarios que conducen a la obesidad y a enfermedades crónicas relacionadas, al estrés crónico que alimenta los trastornos mentales y a entornos de trabajo poco saludables que no promueven el bienestar general2. 

Los problemas de salud mental, a menudo estigmatizados y pasados por alto, se están convirtiendo en un importante motivo de preocupación. La Mental Health Foundation informa de que cada año se pierden 70 millones de días de trabajo por problemas de salud mental en el Reino Unido, lo que cuesta a las empresas aproximadamente 2.400 millones de libras al año. Si no se controlan, estas cifras van a aumentar, lo que exige un enfoque más proactivo y holístico de la salud en el HSE3.

Este replanteamiento requiere varios cambios clave en la forma de enfocar el HSE:

  1. Redefinición de la salud: La salud en el contexto de la HSE debe redefinirse para incluir la salud física, mental y emocional, dando a los tres componentes la misma importancia. Esto significa evaluar los entornos de trabajo no sólo en busca de riesgos físicos, sino también de elementos que puedan contribuir al estrés, el agotamiento u otros problemas de salud mental.
  2. Inversión en la promoción de la salud: Las empresas deben invertir más en la promoción de la salud y el bienestar, lo que incluye programas para fomentar la alimentación sana, el ejercicio regular, el apoyo a la salud mental y los chequeos médicos preventivos.
  3. Integración de la vida laboral y personal: La nueva definición de seguridad debe ir más allá de la seguridad física y abarcar la protección del tiempo y los límites personales de los empleados, reconociendo que el exceso de trabajo y el agotamiento pueden ser tan perjudiciales como cualquier peligro físico.
  4. Espacios inclusivos y sin prejuicios: Dado el estigma asociado a la salud mental, los lugares de trabajo deben ser espacios seguros donde los empleados puedan hablar abiertamente de sus luchas sin miedo a ser juzgados o discriminados.
  5. Aprendizaje y adaptación continuos: A medida que surgen nuevos retos sanitarios, las empresas deben ser ágiles a la hora de adaptar sus políticas de salud, seguridad y medio ambiente. Aprender de cada reto es esencial para perfeccionar las estrategias y mejorar la capacidad de recuperación.

La llamada a la acción para las empresas hoy en día es clara: es hora de ampliar los límites de la HSE para abarcar todo el espectro de la salud y el bienestar.

Al igual que los protocolos de seguridad han evolucionado para adaptarse a los avances industriales, nuestros protocolos de salud deben adaptarse para reflejar el cambiante panorama sanitario.

Al replantear nuestro enfoque de la salud, la seguridad y el medio ambiente, no sólo protegemos el bienestar de nuestros trabajadores, sino que también sentamos las bases de una organización más productiva, comprometida y sostenible. Los dividendos son significativos: mayor compromiso de los empleados, menor absentismo, mayor productividad y, en última instancia, mejores resultados.

Si adoptamos este enfoque más amplio y holístico de la salud, la seguridad y la salud en el trabajo, podremos hacer frente a la creciente prevalencia de los trastornos de salud mental y las enfermedades crónicas. Además, nos proporciona las herramientas para crear lugares de trabajo que no sólo sean físicamente seguros, sino que también fomenten una cultura de bienestar, resiliencia e inclusión.

La prevención, después de todo, no es simplemente la ausencia de enfermedades o lesiones, sino un estado de completo bienestar físico, mental y social. Ya es hora de que reflejemos esta concepción más amplia de la salud en nuestros marcos de HSE. Debemos recordar que nuestros empleados son nuestro mayor activo, y su bienestar integral debe ser una prioridad absoluta.

La evolución de la HSE no es una opción, sino un imperativo. Al integrar más plenamente la salud en la tríada de la HSE, las organizaciones pueden crear entornos de apoyo que fomenten y mantengan la salud de los empleados, garantizando así la prosperidad de su activo más valioso: la mano de obra. Un planteamiento equilibrado y global de la salud, la seguridad y el medio ambiente ya no es un mero cumplimiento, sino una palanca estratégica para el éxito sostenible

En conclusión, el camino que queda por recorrer requiere un cambio de paradigma, pero el viaje promete un futuro en el que los lugares de trabajo no se limiten a mitigar los peligros, sino que fomenten activamente unos empleados más sanos, felices y productivos.

No se trata sólo de una inversión en la salud y la seguridad de los trabajadores, sino de una inversión en la salud de la propia organización. Para las empresas que desean seguir siendo competitivas y atractivas en un mundo cada vez más preocupado por la salud, no hay mejor momento que el presente para adaptarse, innovar y comprometerse con un enfoque verdaderamente integral de la salud, la seguridad y la salud.

  1. World Health Organization: Mental Health in the Workplace
  2. Palmer, K. T., Harris, E. C., Linaker, C., Barker, M., Lawrence, W., & Cooper, C. (2015). Effectiveness of community-and workplace-based interventions to manage musculoskeletal-related sickness absence and job loss: A systematic review. Occupational and Environmental Medicine, 72(10), 728-735. Retrieved from https://oem.bmj.com/content/72/10/728 
  3. Mental Health at Work: Developing the business case

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