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Proteger a los empleados frente a la ansiedad política: el Duty of Care en un contexto laboral.
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Incluso en salas de juntas y entornos operativos, es habitual que los empleados se vean afectados por las tensiones geopolíticas latentes. Los conflictos en Oriente Medio, Sudán y Ucrania han intensificado el ambiente de incertidumbre y protesta. Para muchas personas, la exposición constante a crisis humanitarias y a discursos extremistas genera sentimientos de miedo, tristeza e impotencia, aunque los eventos ocurran a miles de kilómetros. Si a esto le sumamos los efectos de la inflación, los debates sobre migración y los conflictos territoriales, la carga emocional puede trasladarse fácilmente al clima laboral.
Estudios recientes traducen en cifras la realidad que viven cada vez más organizaciones. En Estados Unidos, cerca de dos de cada tres empleados admiten haber tenido desacuerdos políticos en el trabajo; siete de cada diez consideran que estas tensiones políticas dificultan la creación de un ambiente laboral positivo; y tres de cada cuatro creen que la incertidumbre política contribuye directamente al agotamiento profesional (burnout).
Estos datos coinciden con los del informe anual de riesgos en salud y seguridad, Risk Outlook 2025 de International SOS. El informe señala que el 65 % de las organizaciones identifica el estrés y la ansiedad política como riesgos significativos, y que el 78 % reconoce que el burnout y el estrés laboral han afectado directamente al rendimiento del negocio.
Para las empresas con equipos distribuidos en ubicaciones de riesgo, comprender la ansiedad política y su impacto en el rendimiento, la seguridad y el bienestar de los empleados forma parte del deber de protección (Duty of Care). Las consecuencias físicas y emocionales pueden ser graves. Cumplir con este deber comienza por reconocer los riesgos, evaluar su impacto y desarrollar programas de apoyo que reduzcan la exposición de forma proactiva.
La ansiedad política es una respuesta de estrés crónico provocada por eventos políticos, elecciones, cambios de política, conflictos internacionales o crisis internas. El término ganó visibilidad tras las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2016. La investigación la asocia con trastornos del sueño, irritabilidad y, en casos severos, síntomas depresivos o pensamientos suicidas. El efecto es claro: la ansiedad política en el trabajo afecta a la salud, el rendimiento y el bienestar emocional.
Existen varios factores que explican la aparición de la ansiedad política en el entorno laboral. Los principales son:
“Muchos líderes desconocen el impacto que la incertidumbre política y económica puede tener sobre la salud de sus equipos.”
— Dr. Anthony Renshaw, Regional Medical Director Northern Europe, International SOS.
La ansiedad política reduce la concentración, la productividad y aumenta los errores, especialmente en sectores de alto riesgo como energía, transporte o seguridad. También deteriora la cohesión del equipo y la seguridad psicológica.
Puede aumentar el absentismo, reducir la movilidad laboral y derivar en trastornos clínicos como ansiedad generalizada o depresión.
Abordar la ansiedad política implica integrarla en la cultura organizacional y las operaciones cotidianas.
“Cada vez recibimos más solicitudes de apoyo estratégico para afrontar la ansiedad política en las organizaciones.”
— Morgan MacDonald, Wellness & Mental Health Manager Europe & Africa, International SOS.
Estas acciones convierten el Duty of Care en una práctica real y cotidiana.
En un contexto de inestabilidad sociopolítica, las organizaciones que invierten en resiliencia y promueven una comunicación segura estarán mejor preparadas. El liderazgo es clave para reconocer la ansiedad política y respaldar las palabras con recursos accesibles.